jueves, 5 de agosto de 2010

Miel


Para cuidarse.
Hablemos de la miel, un aliado de la salud.

CORAZÓN
Su acción energética favorece la actividad cardíaca. Al aumentar la producción de fosfatos orgánicos ( a través del hígado), regula el ritmo del corazón.
Es recomendable para todos los que sufren de insuficiencia coronaria.
La acción suavemente diurética de la miel actúa beneficiosamente en los enfermos cardíacos descompensados.

HÍGADO
Es activadora del metabolismo hepático. Tmbién contribuye su acción desintoxicante y mobilizadora a nivel de intestino.

VIAS RESPIRATORIAS
Desde la antiguedad se conocian sus poderes anticatarrales y antiinflamatorios de las vias respiratorias. Los monosacáridos que contiene posee una acción estimulante sobre los bronquios completada por la acción bacteriostática.

APARATO DIGESTIVO
Aumenta la secreción de las glándulas digestivas y es movilizadora. as inhibinas reducen la acción de las bacterias, y consecuentemente, los procesos fermentativos intestinales.

RECONSTITUYENTE
Luego de enfermedades infecciosas, gripes, resfrios, etc., ayuda a contrarrestar a debilidad corporal y disminuye el tiempo de convalecencia.

DIABETES
NO es aconsejable para los enfermos diabéticos.

DESINTOXICANTE
En los estados de intoxicación endógena-producida por el mismo organismo- y exógena -Producida por medicamentos, alcohol, alcaloides, etc.- la miel actúa estimulando el metabolismo hepático y acelerando el proceso de mejoramiento.

RIEGO SANGUINEO
Los fosfatos orgánicos que, luego de la ingestión de mie, son liberados por el hígado, aumentan el riego sanguíneo a nivel periféric. Esta acción vuelve beneficiosa a la miel para los tratamientos geríatricos.

Pubicado en La opinión de Hurlingham por Joana Ugarte

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